Capítulo 112
Capítulo 112
Me quedé mirando atónitamente a Kent, asustada… ¿Acaso este tipo loco podrá leerme la mente?
No dile nada y rápidamente desvié la mirada, sin atreverme a mirar a Kent a los ojos, evitando esos ojos que parecian los de un brujo europeo del siglo XIX, de esos que con solo mirarte te causan escalofrios.
Esos ojos tan atractivos que casi te ahogan en su profundidad.
El conductor nos seguia sigilosamente mientras Renán conducla hacia las afueras de la ciudad.
¿Se dirigia… al cementerio?
Sorprendida, observé cómo Renán estacionaba y entraba al camposanto.
Después de dejar a Yuria, ahora venia aqui, al cementerio. Era irónico…
*¿Aqui… enterraron mi cuerpo?” pregunté en voz baja.
Kent me apretaba la mano con fuerza. “Después de que encontraron tu cuerpo, todos decian que Renán se habia vuelto loco. Lucho con la policía por tu cuerpo y lo detuvieron durante veinticuatro horas. Cuando terminó la autopsia, fue la mamá de Renán quien recogió tu cuerpo para darte sepultura. Para castigarlo, no le dijo donde habian esparcido tus cenizas. Se dice que Renán se arrodilló toda una noche en el patio de la casa para que su mamá le dijera.” Property © NôvelDrama.Org.
Según Kent, después de mi muerte, Renán se volvió loco.
Nadie me habia contado lo que pasó después de que yo muriera.
¿Renan se habia vuelto loco?
Si eso era cierto, entonces definitivamente estaba fuera de si.
Kent y yo nos escondimos en el carro, observando a Renán acercarse a una lápida, su silueta solitaria y triste.
Se quedó alli parado, como si estuviera a punto de desmoronarse por completo.
Dejó un ramo de rosas frente a la lápida.
Y a mi me pareció sucio.
Que no ensucie mi tumba.
“Debe de estar loco, ensuciando mi camino a la reencarnación…“, murmuré, con ganas de maldecir a Renán.
¿Será por su culpa que no pude reencarnar y tuve que renacer?
“¿Cuándo se irá?” empecé a impacientarme.
No tenia nada que hacer parado frente a mi tumba.
Renán no se movia, y Kent permanecia en silencio.
Después de un rato, Kent finalmente habló. “Hmph, a menudo viene y se queda aqui todo el dia.”
Frunci el ceño, ese Renán definitivamente estaba loco.
Por suerte, no se quedó todo el dia como había dicho Kent.
Durante este periodo, respondió una llamada telefónica que claramente cambió su expresión y se marchó apresurado.
Cuando su carro se alejo, yo sali del nuestro, curiosa, y me acerqué a mi lápida.
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Capitulo 112
Siempre me habla preguntado cómo seria la muerte.
Asi que esto es lo que se sierite al ver tu propia lápida.
Era extraño.
“¿Qué?” Me acerqué a la lápida y mi educación se desmoronó.
¿En la lápida en realidad dice mi amada esposa Nayra?
“¿Quién es el esposo? ¿Es que no tiene madre?” dije temblando de ira.
Kent me abrazo y señaló dos palabras sobre la lápida. “Grupo Hierro…”
En ese instante, senti una revuelta en mi estómago.
La tumba de la amada esposa de Renán.
Ja… Qué ironia.
¿¡Amada esposa!?
¿¡Por qué tenía que asquearme incluso después de muerta!?
Si él fue quien me llevó a la muerte, ¿por qué seguía asqueándome después de muerta, negándome la paz eterna?
Perdi el control y empecé a patear las flores que estaban frente a la lápida, tiré todo lo que Renán habia traido y quise destruir las letras grabadas en la piedra.
Qué asco.
Kent me sujetó con fuerza, impidiéndome seguir golpeando la lápida. “No importa lo que escriba… No voy a dejarte para él Nayri…. Tú eres mia.”
Sentia un torbellino en mi estómago, punzado por la palabra “esposa amada“.
¿Esposa amada? Qué ironia.