Capítulo 81
Capítulo 81
Aprovechando la luz tenue, le solte la pregunta en voz baja.. Content is © by NôvelDrama.Org.
Se quedó quieto por un momento, luego me miró fijamente con unos ojos que ardian con intensidad, sin confirmar ni negar nada.
“Vamos a dormir“, dijo, mientras levantaba las cobijas invitándome a meterme en la cama.
Dude un poco, pero al final me meti.
Empezó a llover afuera y dentro de la casa hacia algo de frio. Yo odio el frio… Cuando baja la temperatura, siento que todo mi cuerpo se tensa, como si fuera a temblar Incontrolablemente.
Se que soy alguien que carece de seguridad y amor, quizás por esa falta de cariño es que durante todos esos años me aferré tanto a Renán.
Amé a Renán, tal vez solo para llenar el vacio de mi corazón.
Si nos ponemos serios, todos somos egoistas. Nadie es tan desinteresado como para vivir solamente por
otra persona.
Como Renán, que parecia amar tanto a Yuria, pero aun así me hizo todas esas cosas tan repulsivas.
Es tan repugnante recordar aquellos tiempos pasados…
Kent se fue a bañar y desde el dormitorio podia ver la luz amarillenta que se filtraba a través de la puerta esmerilada del baño.
Durante el tiempo que he pasado con él me he dado cuenta de que a Kent le gusta sumergirse en la bañera, y muchas veces me he preocupado de que pudiera ahogarse.
Esta vez no fue diferente.
Los minutos pasaban y yo ya estaba luchando contra el sueño, pero él no daba señales de querer salir.
“¿Kent?“, de repente me breocupé pensando que algo malo le habla pasado.
Afuera seguia retumbando el trueno y la habitación estaba tan vacia que daba miedo, él seguia en el baño… sin ruido, sin movimiento.
Me levanté y llamé a la puerta tentativamente, pero no hubo respuesta, estaba realmente asustada.
¿Miedo de que estuviera muerto?
Pero, ¿cómo podria morir tan fácilmente alguien que ha matado a otros?
“¿Kent?“, empuje la puerta del baño con fuerza y mi respiración se tenso.
El vapor del baño todavía no se habla disipado, y ahí estaba él, acurrucado en la bañera, parecia estar dormido.
Tal vez nunca tuvo la intención de dormir junto a ml.
Cuando estaba atrapada en aquel cuartico del ático, él también solla dormir en la bañera.
“Ven a dormir a la cama“, me acerqué y tiré de él.
No se movió, solo se encogió un poco más.
Algo no estaba bien y lo supe en cuanto toqué su cabeza.
Capitulo 81
Como sospechaba, tenia fiebre.
“¿Kent?“, sali a encender la luz y a buscar agua caliente y medicina para el resfriado.
“Nayri…”
Deliraba por la fiebre, repitiendo el nombre de Nayri.
“Mentirosa…”
Me senti impotente. ¿Por qué seguía diciendo que Nayri era una mentirosa?
¿Qué le habría hecho Ainara a Kent?
“¿Cómo te menti?“, pregunté en voz baja.
Queria saber qué habia pasado entre Kent y Ainara.
Aunque tengo algunos recuerdos de la vida anterior, no lo recuerdo todo.
“Dijiste que te esperara en el orfanato… hubo un gran incendio“.
“Nayri… tengo que esperar a Nayri, no puedo irme“.
“Tengo que esperar a Nayri…‘
Frunci el ceño, no entendia bien, asi que acerqué más mi cabeza para escuchar mejor.
Pero justo cuando me incliné hacia el, abrió los ojos.
Me quedé congelada por un segundo, mi corazón se paralizó.
Ya habia admitido más de una vez que era guapo, esos ojos suyos eran capaces de hacer perder el alma a cualquiera.
Mi cuerpo se tensó y, aunque quería explicar, al abrir la boca no salieron palabras.
Me miró con los ojos turbios y de repente, con una mano, me atrajo hacia él y me besó.
Probablemente por la fiebre, su tacto estaba ardiente…
“Tú…“, con toda la razón que me quedaba, logré empujarlo y me senté en el suelo, complicada, mirándolo. El seguía en la bañera, con solo unos pantalones de dormir, se pasó la mano por el pelo húmedo, echándoselo hacia atrás, y tomó la medicina que le ofreci.
Este hombre era demasiado seductor, la bañera grande no parecia suficiente para acomodar sus largas piernas, y su piel era tan clara que resaltaban sus músculos definidos y las líneas de su abdomen…
En resumen, la escena que tenía delante era suficiente para hacer a cualquiera perder la compostura.
“Estás con fiebre, toma tu medicina“, dije manteniendo mi mente firme, empujando el medicamento hacia él y apartando la mirada mientras sentia cómo se me calentaban las orejas.
No es mi culpa.
Es que él es demasiado seductor.
El cabello de Kent todavía estaba húmedo asi que casualmente se lo echó hacia atrás, agarro la medicina y se la bebió.