Capítulo 139
Capitulo 139: Su Presa
En el cementerio, Valentina se encontraba frente a la tumba de su madre. La noche había caldo y comenzaba a lloviznar. Santiago, que habla estado esperando fuera del cementerio, no tardó en
acercarse con un paraguas.
La lluvia cala sobre Valentina, aún sin mojar su cabello, cuando un paraguas la cubrió.
Ella se giro, viendo a su esposo con una leve sorpresa, pero sin decir mucho.
La lluvia se intensificó, golpeando el paraguas con un ritmo constante, y solo se oia el sonido del agua en el aire.
Fue solo cuando la noche avanzó y la lluvia cesó que Valentina decidió marcharse.
No regresaron a la ciudad, sino que se alojaron en el hotel más cercano, reservando dos
habitaciones.
Valentina entró en su habitación sin decir una palabra, cerrando la puerta tras de sí, mientras
Santiago la seguía como si fuera su sombra.
Después de separarse de Valentina, Santiago llamó a Thiago:
-Revisa lo de la muerte de Estrella con Leones del Desierto… -Casi había olvidado aquel asunto.
Pero la reacción de Valentina ese día lo impulsó a querer esclarecerlo por ella.
Tras dar las instrucciones, Santiago no descanso, sino que fue a comprar una caja de cerveza. Valentina, recién salida de la ducha, escuchó un golpe en la puerta. Al ver a través de la mirilla.
se quedó perpleja.
Tras dudar un momento, abrió la puerta. Sin esperar a que Valentina hablara, Santiago entró con la cerveza en mano. Ella lo siguió, a punto de echarlo, cuando su esposo se giró y le ofreció una
botella abierta.
-Ten.
Santiago sonreía, tratando de agradar. Valentina, algo aturdida, tomó la botella sin pensar.
Santiago la invitó a sentarse y abrió otra para si. Sin esperar a que Valentina comenzara a beber. él ya estaba tomando grandes tragos.
De pronto, Valentina sonrió. Sabla que su esposo queria animarla con esa bebida. Agradecia el
gesto.
+15 BONOS
-Qacias–do Valentina, y empezó a beber.
En la habitación, el aroma a cerveza se esparcia.
Sin bablar, ambos bebian, Valentina mirando el cielo oscuro a través de la ventana y Santiago, cuya mirada no se apartaba de ella ni un instante.
-Mañana es el aniversario de la muerte de mi mamá -dijo de repente Valentina.
Sus melas estaban sonrosadas por el alcohol. Santiago se tensó al beber.
El aniversario de Estrella… Asi que eso la entristecia. Estaba a punto de consolarla cuando
Valentina hablo de nuevo con voz suave: Content held by NôvelDrama.Org.
-Mañana, tambien hubiera sido su cumpleaños.
Aquel año, mama estaba fuera de la ciudad. Siempre celebrábamos juntas su cumpleaños, asi que se apresuro a regresar. Pero, inesperadamente, un camión la golpeó en el camino, y su coche acabo en el rio—Valentina alzò la cabeza para beber. Santiago notó las lágrimas acumulandose en sus ojos. Ella intentaba contenerlas, pero al final, resbalaron por sus mejillas
hasta perderse detrás de sus orejas. ¡Se estaba culpando a si misma!
Santiago, conmovido, se acercó para consolarla, abrazándola por los hombros.
-Fue un accidente, no tienes la culpa.
-No fue un accidente–Valentina, visiblemente alterada, insistió. No lo fue, no fue un
accidente—
Santiago la abrazo fuertemente, acariciando su espalda para calmarla. Finalmente, Valentina se
sereno.
Tras dos dias de tensión emocional, ahora, en los brazos de su esposo, se sentia
extraordinariamente segura. El agotamiento la invadió rápidamente. Antes de quedarse dormida, Valentina miró a su esposo.
-¿Podrías prestarme algo de dinero? Te lo devolveré, lo prometo. -Mañana era el plazo final que Aitana le había dado. Habia cedido.
Pero, aunque ya había invertido una parte en Starlight Joyas, no disponía de la suma total de cien millones de dólares. Antes de recibir respuesta de su ex esposo, Valentina se quedó dormida. Santiago no sabía cuánto necesitaba, ni para qué quería el dinero. Pero entonces, como si algo se le hubiera ocurrido, una astucia se dibujo en sus ojos. ¡Esta era su oportunidad!
-No necesitas devolverlo, pero -Santiago observaba a Valentina, como un astuto zorro que acecha a su presa.
+15 BONOS
Al día siguiente Valentina despertó sola en la habitación. Parecía haber bebido demasiado la noche anterior, y su esposo también estaba alli, Esperaba no haber dicho algo indebido, Trató de recordal, pero no Pudo. Alguien tocó a la puerta. Al abrir, alli estaba su esposo, con una sonrisa radiante.
-Arreglate un poco vamos a desayunar–dijo Santiago, evidentemente de buen humor. Pero a Valentina, su sonrisa le pareció escalofriante.
Despues de alistarse, salió del hotel con su esposo, que la esperaba en la puerta, Entraron a un sencillo restaurante cercano para desayunar, Valentina pidió un sandwich de leche y, justo al sentarse y dar un sorbo de leche, su teléfono mostró una notificación de un depósito:
–Su cuenta terminada en 6287 ha recibido 1,000,000,000 dólares, saldo…
Valentina Bjó su vista en la hilera de ceros. Temiendo equivocarse, dejó su sándwich y empezó a contartos uno a uno con el dedo, como si no quisiera perderse ninguno. Cuando terminó, se
levanto de golpe y exclamó: