Capítulo 233
Capítulo 233: ¿Preocupada porque las complicaciones son pocas?
¿Cómo podria Valentina llamar a Alonso y ponerlo en una situación dificil?
-No puede ser -dijo Valentina instintivamente.
Dante parecia preocupado.
-Pero… jefa, es evidente que alguien nos está atacando, ¿podría ser que alguien de la joyería Grupo Valenzuela… jefa, ofendió a alguien?
Dante era inteligente. Si los empleados no fueron reasignados por orden del señor Valenzuela, entonces tenia que ser alguien más de la familia Valenzuela.
Alguien que al menos tendría la autoridad para desafiar al señor Valenzuela y organizar este tipo
de escenario.
Jefa había estado en el Grupo Valenzuela por varios días, probablemente había ofendido a alguien; además, desde que fue alli, no había vuelto a Starlight Joyas.
Pero hoy habia regresado. Dante estaba seguro de que algo había ocurrido. Al ver a Valentina calmada, intentó consolarla:
-Jefa, pase lo que pase, estaré detrás de ti, y también… Giselle y los demás, aún no es hora de entrada, por eso no han venido…
Valentina entendió lo que Dante quería decir. Una sonrisa se dibujó en su rostro; no quería.
preocuparlos.
-No pasa nada, si alguien renuncia, entonces seguiremos contratando. Gracias por tu esfuerzo.
Dante no sabia qué más decir. Pronto fue la hora de entrada, y con muchos puestos vacíos, la oficina tenía un ambiente extraño.
Giselle y Dante recibieron varias notificaciones de cancelación de contratos de socios comerciales. Casi todos eran socios que habian buscado proactivamente colaborar debido a la familia Valenzuela. Finalmente, Dante y Giselle no pudieron quedarse sentados sin hacer nada.
Ambos fueron a ver a Valentina nuevamente.
-Jefa, ¿quizás deberíamos consultar al señor Valenzuela…?
-El señor Valenzuela no puede ayudar.
Valentina los interrumpió antes de que pudieran terminar.
-Si los socios comerciales quieren cancelar, entonces que cancelen.
+15 BONDS
Esos socios comerciales hablan venido por la familia Valenzuela en primer lugar.
Incluso si no hubiera una manipulación detrás de esto, tan pronto como don Raúl anunciara que
ella ya no tenía ninguna relación con la familia Valenzuela, esos socios comerciales cancelarian sus contratos al escuchar la noticia.
Después de todo, la familia Valenzuela era una autoridad tanto en la industria de la joyería como
en otros campos.
¿Quién sería tan tonto como para ofender a la familia Valenzuela por Starlight Joyas?
-Pero… -Dante todavia parecía preocupado.
Esta vez, Giselle lo detuvo de continuar.
Giselle tiró de la ropa de Dante, sabiendo que la situación de la compañía, jefa estaba más angustiada y preocupada que nadie, pero si ella decía que no podian buscar ayuda del señor
Valenzuela, entonces debía tener sus razones.
Los dos salieron de la oficina, y solo entonces la sonrisa en el rostro de Valentina se desvaneció.
La hostilidad había comenzado tan pronto, definitivamente era obra de Aitana. Aunque no fuera Aitana personalmente, alguien estaba tratando de ganarse su favor.
Esa persona no podía ser Alonso, la única posibilidad era Lucia. Valentina sonrió levemente. De repente, el teléfono sono, y al ver el nombre en la pantalla, Valentina mostró una pizca de
sorpresa.
¿Lucia? ¿Se había equivocado, o había visto mal?
Incluso cuando estaba en la familia Valenzuela, Valentina y Lucía no tepian mucha relación. Valentina ignoró la llamada y siguió con lo suyo.
Después de un rato, el teléfono dejó de sonar y no volvió a hacerlo. Valentina lo tomó como una anécdota sin darle mayor importancia. Pero después de terminar sus asuntos y salir del edificio, al ver a la persona que la esperaba en la entrada, no pudo evitar fruncir el ceño.
Lucia…
Ella estaba junto a su lujoso carro, como si hubiera estado esperando mucho tiempo.
Al ver a Valentina, Lucia le saludó con la mano. Al notar que Valentina no respondía, se dirigió hacia ella. Valentina, aunque preferiría evitarla, sabia que no podría esquivar el encuentro. Como era de esperarse, Lucia se acercó directamente, entrelazando afectuosamente su mano con la de
+15 BONOS
Valentina como si fueran las mejores amigas. Lucia, con un tono coqueto de reproche, dijo:
-Valen. ¿cómo es que hoy no contestaste mis llamadas? ¿Sabes? Estaba muy preocupada por ti.
¿Preocupada? Valentina no pudo evitar sonreir. ¿Acaso le preocupaba que tuviera pocos problemas?
-Qué considerada señorita Lucia -respondió Valentina con indiferencia.
Lucia creia que Valentina estaria agobiada ese día, pensando que al menos sospecharía que los
problemas habían sido obra suya. Se habia presentado voluntariamente, esperando que
Valentina descargara su frustración, pero la calma de Valentina la descolocó.
-Valen, hoy no fuiste a la empresa por nuestra querida hermanita Aitana?
Lucía observó a Valentina, intentando provocarla con la mención de Aitana. Sin embargo, en el
rostro de Valentina solo se dibujaba una sonrisa. Copyright Nôv/el/Dra/ma.Org.
-¿Por qué señorita Lucia Valenzuela pensaría eso? -Lucía se mostraba indignada por Valentina.
-Hasta yo estoy sorprendida, de repente apareció esta nieta externa del abuelo, y aún no lo asimilo. No sabes, después de que te fuiste del hospital anoche, parece que las heridas de nuestra hermanita
Aitana no eran tan graves después de todo, y terminó regresando a la Villa
Valenzuela.
Lucía continuó hablando sin parar, queriendo hacer ver la importancia que don Raúl le daba a Aitana, mucho más, al parecer, que a Valentina. Un reconocimiento tardio de una nieta no podía compararse, en los ojos de don Raúl, con el vínculo de sangre de una verdadera nieta. También le advirtió a Valentina que Alonso estaba muy ocupado últimamente y que sería mejor no
molestarlo.
Valentina escuchaba, sonriendo sin decir palabra, entendiendo perfectamente la situación.
-Valen, en realidad, el empujón de ayer no parecía tan fuerte, pero quién iba a imaginar que nuestra hermanita Aitana resultaria tan herida.
Suspiró Lucia, observando la reacción de Valentina. A pesar de revelar tanto, Valentina no mostraba signos de alteración. ¿Realmente no se molestaba?
Lucia insistió.
-Valen, ¿por qué no dices nada? ¿Acaso ocurrió algo hoy? -Valentina frunció el ceño. Si algo hubiera pasado. ¿acaso Luc no estaria al tanto? Aunque el corazón de Valentina se agitaba levemente, deseaba poder expresar su indiferencia con un simple gesto. Pero, siendo la señorita Lucia Valenzuela, no podia permitirse ofenderla. Solo podía aguantar, aunque ya no quería escuchar más sus palabras melosas.
En ese momento, un coche familiar se detuvo a un lado de la calle. Sin necesidad de ver al
conductor, Valentina supo que era su esposo. Miró a Lucia, y su sonrisa se amplió.
-Señorita Lucia… -comenzó Valentina.
Lucia, fingiendo sorpresa, interrumpió:
-Valen, ¿por qué tan formal? Siempre me llamas Lucía…
Antes de que pudiera terminar, Valentina cortó su discurso.
-¿Tienes sed? -Lucía quedó desconcertada.
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¿Qué quería decir con eso? En su mirada llena de dudas, Valentina soltó la mano que estaba entrelazada en su brazo con un simple giro de muñeca. Luego, señalando hacia un lugar, indicó a Lucia sin palabras el final de su encuentro.