Chapter 41
Chapter 41
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Los enemigos naturales de los lobos eran los tigres, pues tanto rivalizaban en fuerza como en letalidad, por lo que intentaban no cruzar sus caminos pues las peleas podían ser a muerte. Incluso no solían acercarse a los territorios ajenos sobre todo los tigres que eran seres solitarios, pero que uno estuviera por aquellas zonas no era nada bueno. Y eso lo sabía Ethan. No sabía que era mejor, o eso o salvajes.
Gruñó mostrando todos sus colmillos en advertencia a la otra bestia que era prácticamente de su tamaño, aunque esto no hizo que el otro se detuviera, por el contrario, sus felinos ojos brillaron y estaban enfocados en cierto lugar entre las piernas de él.
Ethan mostró aún más colmillos bajando su cabeza.
-Clara, levántate y ponte detrás de mi- el tono empleado no tenía cabida para la réplica.
La loba, aterrada por lo que estaba ocurriendo y el nuevo presente, giró su cuerpo debajo de Ethan y se desplazó entre sus patas para esconderse detrás de él. La tensión en el ambiente era tan tensa que todos sus músculos estaban tensos.
-Eth…
-Si te digo que corras hazme caso, hazlo directo a la manada. No mires atrás- él le dijo sin mirarla.
Clara detrás de él asintió. Todo el pelaje del lobo estaba erizado haciéndolo parecer más grande, incluso sus músculos se veían definidos. Estaba tenso, alerta.
El tigre sacudió su cuerpo y desenfundó sus garras dejándoselas ver a los dos. Eran largas y gruesas, pudiendo destrozar la piel fácilmente. Así mismo dejó ver sus largos colmillos y comenzó a acercarse a ellos con una clara intención. Estaba provocando a Ethan y este se imaginó por qué. Primero
matarlo a él y segundo… era conocido el gusto de esa raza por jugar con las hembras lobas para después dejarlas muertas y desgarradas como muestras de su poder. Ya se habían escuchado varias historias de este tipo antes. Y Ethan no tenía que le pusiera un dedo un dedo encima a su mate.
Y cuando ambos estuvieron a una distancia cercana ambos comenzaron a correr y sus cuerpos se enredaron entre arañazos y mordidas. Clara aterrada ante la imagen de los dos revolcados por el suelo retrocedió hasta un árbol y se hizo una bola temblorosa. Le dolía el pecho al ver a stimate luchar y donde la sangre pronto einpapó su pelaje, pero ella no podia hacer nada. Aunque por cómo estaba yendo la batalla no sabía el resultado, solo sabia que Ethan no saldria del todo lleso.
HI lobo molesto por la igualdad de la fuerza del tigre dio un ágil salto y se puso sobre el lomo derste y mordió rápidamente la nuca de esta con fuerza, enterrando los colmillos hasta lo más profundo Esto provocó que la bestia se molestara aún más y se sacudiera para quitárselo Dacado que la mandíbula de este casi se dislocara Ethan se aferro dejando que la sangre el Terrorrieta, y el buscando las ventas y arteria con sus colmillos, pero en uno de esos forcejnos to deponia y su cuer serstrelló cuntra el suelo sonotatnente
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Al ver aquello, Ethan renegó de todos los dolores en su cuerpo y se levantó correr -Clara, vete- le gritó a la loba, apretando él el paso tensando cada músculo en su cuerpo. La loba lo escuchó y fue como si cada nervio de ella reaccionara y se lanzó a correr en dirección contraria al tigre. Este la siguió, pero pronto no pudo escucharlo detrás de ella mientras se alejaba. En un último momento había mirado hacia atrás y visto el cuerpo de Ethan bloquearlo para volver a luchar contra él.1
Clara no se detuvo, estaba aterrada y se alejaba, aunque a lo lejos podía escuchar los gruñidos y aullidos de las dos bestias. De pronto se detuvo en seco al llegar a ella el olor de la sangre de Ethan y por lo fuerte de la fragancia le indicó que no era poca la que se estaba derramando. Un dolor fuerte y cegador atraveso la pata derecha de ella y eso la hizo perder el equilibrio. Un estremecimiento la recorrió y la mareo, aun cuando no había heridas en su cuerpo.
Su respiración se volvió pesada y apretó los ojos esperando que el dolor cediera. Cuando este por fin fue disminuyendo hasta desaparecer ella se dio cuenta de una cosa.
«Está herido» un gruñido resonó dentro de ella y el mundo de Clara se hizo completamente negro
Ethan retrocedió sin poder poner su pata sobre el suelo. Estaba seguro que desde el tendón hasta el hueso estaban destrozado. Aun si había podido destrozar la mitad del cuello del tigre en un ataque certero, la garra let al de este había golpeado su omoplato y roto piel a su paso y todo lo que estaba abajo. Como resumen, ahora sangraba notablemente y el dolor era insoportable, al punto de marearlo. Lo que más lo molestaba era que eso limitaba mucho sus movimientos y eso sería un problema. El tigre estaba herido, pero seguía fuerte. No era un rival fácil y Ethan no era un lobo débil. Y por supuesto se imaginó que no tendría refuerzos. Los otros lobos debían haberse alejado al escucharlos, no cualquier macho enfrentaría a un tigre, él no lo haría sino fuera porque estaba con su mate. !
Y, además, acaso no sería más conveniente que aquel que quería competir con su alfa muriese. Quiso bufar, pero el dolor era demasiado fuerte. Maldito dia estaba teniendo él.
El tigre se sacudió delante de él y se preparó de nuevo para el ataque. Ethan aferró sus tres patas medianamente sanas al suelo y mostró sus colmillos con intención de hacerle frente. No podía dejar que el fuera detrás de Clara. El agresor corrió hacia él con su pesado cuerpo cuando algo cayó sobre él y las patas del tigre fallaron ante el ataque sorpresa.
El pequeno lobo de pelaje claro sobre su lomo mordió profundamente en el mismo lugar donde Ethan lo había hecho antes logrando llegar aún más profundo, precisamente donde se encontraba la vena central y la desgarro. No solró y dejó de atacar inientras el tigre se sacudia intentando liberarse manchando su alrededor de sangre, asi como el cuerpo de su agresor, pero lur en vano. El pequeno lobo era una fiera enterrando sus garras sobre el lomo de la bestia
A pesar de los esfuerzos del tigre su cuerpo se fue debilitado con mucha raputez ante la
duila de sangre y lentamente fue cediendo con la ifiuerte apoderándose de el. lasta que cayó Colon vjos blancos sobre el suelu.. sin vida
Ithal, que rii todo en
Ontic to estaba iles de la impresión abrió la boca para sollaz vui
suspiro, sin darse cuenta que de debajo de él se había formado un enorme charco de sangre ante la enorme pérdida de sangre. Y sus ojos se fueron cerrando en contra de su voluntad mientras veía el cuerpo familiar de aquel lobo alzarse sobre el tigre de forma victoriosa.
La oscuridad pronto se apoderó de él al igual que la debilidad y cayó sobre su propia sangre con respiración agitada y lleno de heridas sin haber podido ver el brillo carmesí casi negro de los ojos de su mate.