Capítulo 422
Capítulo 422
Cuando regrese al sanatorio, mi abuela ya estaba durmiendo. Cubri cuidadosamente las esquinas de su manta y, después de dar algunas instrucciones a la cuidadora, me fui en el auto. Directo al hotel, me ocupé de registrarme. Al día siguiente, después de arreglarme por la mañana y mientras me preparaba para ir a ver a mi abuela, recibi una llamada del asistente de Ramón Amaro. Salí de la habitación mientras contestaba. Del otro lado, el asistente dijo con cierta frustración: “Señorita Coral, ¿no le dijo a su familia que el profesor hoy se haría cargo del tratamiento de Fabiola?”
“¿Eh?”
Me quedé sorprendida por un momento y pregunté: “¿Ocurrió algo?”
El asistente respondió con resignación: “Justo cuando llegamos, los miembros de tu familia ya estaban allí, diciendo que no aceptaban que el profesor se encargara del tratamiento de Fabiola.”
“¿Familia?”
Dudé un momento, pero luego lo entendí: “¿Estás hablando de la gente de la familia Monroy?”
“Si, parece que era la nuera de Fabiola y su nieta.”
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Mis ojos se enfriaron y dije: “Ahora mismo voy para allá, por favor disculpame con el doctor Amaro, le he causado problemas.”
Apenas el doctor había llegado, y Abril Monroy y su hija ya estaban inquietas. Tenían miedo de que algo le pasara a mi abuela y que el testamento, cuyo contenido era un misterio, se hiciera público. También temían que si mi abuela recuperaba la conciencia, me pusiera al frente de la familia Monroy, dejándolas a ellas sin lugar donde estar.
Llegué al sanatorio y encontré al doctor Amaro justo afuera de la habitación.
Conteniendo mi ira, me disculpé con él primero,: “Profesor, lo siento, lo solucionaré enseguida.”
“No te preocupes, tú ocupate de eso, yo aprovecharé para tomar algo de desayuno.”
El doctor Amaro lo entendía, solo era parte de un espectáculo vergonzoso. Después de todo, con décadas en la medicina, situaciones donde se luchaba sin escrúpulos por una herencia, seguramente, ya le resultaban demasiado familiares.
Una vez que el doctor Amaro se fue, toqué la puerta con los dedos: “Abril, abre la puerta.”
“Estaba pensando en quién había buscado al médico para mi abuela y resultaste ser tú.”
Abril abrió la puerta de golpe, fingiendo ignorancia y luego dijo: “Ese médico, a primera vista no parece profesional, ¿quién sabe si hará que mi abuela empeore?”
Dos años sin vernos, y seguía siendo igual de arrogante.
Le respondi con una sonrisa fría: “¿Tienes miedo de que haga que la abuela empeore o tienes miedo de que ella se recupere?”
“Yo, ¿miedo de qué?” This content belongs to Nô/velDra/ma.Org .
Ella me miró furiosa y luego dijo: “Además, en los últimos dos años, hemos sido nosotras quienes hemos cuidado de mi abuela. Tú te escondiste en Puerto Nuevo, disfrutando como una gran dama, y ahora, ¿quieres encargarte de los asuntos de tu abuela? ¿Quién te crees?”
“Al menos, soy su nieta de sangre, ¿no es así?”
La miré firmemente interrogándola: “¿Y tú qué?, ¿qué derecho tienes para impedirme buscar un médico para mi propia abuela?”
En esos dos años, debido a la presión de Isaac, no pudo hacerse cargo del negocio de la familia Monroy y estaba desesperada. Claro que no iba a permitirme regresar a la familia Monroy.
Especialmente no cuando mi abuela recuperara la conciencia.
Abril se quedó sin palabras por un momento y trató de hablar: “Yo…”
“¿Y yo qué?”
Lorena salió de detrás de ella, con toda la actitud de una matriarca preguntando: “¿Mi identidad no es suficiente para tomar decisiones por tu abuela? Cloé, aclara tu situación, ahora eres Coral, no una Monroy.”
Rei un poco y le dije: “El apellido no cambia el hecho de que soy su nieta de sangre. Lorena Monroy, estás tan asustada de que esta ‘hija‘ vuelva a la familia Monroy, protegiendo a tu hija adoptiya en todo momento, ¿cuál es la razón?”