Diario de una Esposa Traicionada Capítulo 160
Capítulo 160
“¿Si no es ella, entonces soy yo?” Sin retroceder, enfrente su mirada, preguntando palabra por palabra.
Decir que no esperaba nada sería mentir. Podia engañar a cualquiera, pero no a mi propio corazón; aún no lo había superado. Aunque sabía muy bien que, de cualquier manera, no había posibilidad de continuar con él, todavía tenia la esperanza de que, durante esos años, le hubiera gustado, aunque fuera por un breve instante. Ocho años, ¿cuántos periodos de ocho años tenía una persona en su vida?
Sus ojos oscuros eran como un torbellino, parecian querer absorberme, y su voz llevaba una fuerza seductora: “Si digo que si, ¿entonces no nos divorciaremos?”
Me quedé atónita, mirándolo fijamente después de un largo rato, negando con la cabeza: “Isaac, si alguna vez me quisiste, eso solo probaria que todos estos años de amor no han sido completamente en vano, y eso me daria un poco de consuelo. Pero eso… no es una razón para continuar.”
“¿Todos estos años?”
“Si, todos estos años.
De repente, quise exponer completamente esa relación, sin esconder nada, y dije con una sonrisa: “Ocho años, Isaac, te he querido desde que empezamos la universidad, durante ocho años.”
Quería decirlo todo, pensando que quizás asi no quedarían remordimientos. Decirle francamente que lo queria, no era algo de lo que avergonzarse.
“¿Cómo podría ser…?”
En los ojos de Isaac surgió una sorpresa, mezclada con alegria y sospecha: “No era Guzmán quien te gustaba tanto durante la uni?”
Tomé una profunda respiración, ocultando la amargura en mi corazón y le amor ¿Quién te lo dijo?
¿O piensas que si un chico y una chica se llevan bien, entre ellos debe haber amor?”
“Entonces…” C0pyright © 2024 Nôv)(elDrama.Org.
“¿Lo olvidaste? Hace poco me felicitaste por nuestro octavo aniversario.”
Forcé una sonrisa, no muy atractiva, y continue: “Ese día, cuando desperté en el hospital y te vi, me enamoré de ti. Gracias por llevarme al hospital a tiempo y por todas esas comidas que me invitaste.”
“Tú…”
Isaac desvió la mirada, su cuerpo se tambaleó y su voz se tensó mientras me preguntaba: “¿Te guste… solo por eso?”
Por alguna razón, parecia verlo desorientado.
Apreté la palma de mi mano, intentando sonar despreocupada y le dije: “Quizás para ti fue solo un gesto sin importancia, que ya has olvidado, pero para mi, en ese momento, todo fue luz… Isaac, de cualquier manera, estoy muy agradecida contigo.”
Después de decirlo todo, pensaba comenzar una nueva vida ese día. Lo pasado, pasado estaba. ¡Y yo… ya no le debía nada!
De repente sacó una cajetilla de cigarrillos, sacó uno y lo mordió entre sus labios, inclinándose para encenderlo. Ese gesto, viniendo de él, tenia un aire de distinción y elegancia. Después de unas bocanadas, su expresión se volvió cada vez más sombría e inescrutable.
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Capitun Too
Fumando cada vez más rápido, tosió fuertemente, mostrándose inusualmente vulnerable frente a mi mientras me decia: “Entonces… al la persona que te hubiera llevado al hospital
yo…”
se día no hubiera sido
Tosió unas cuantas veces, con los ojos rojos y su voz sonaba como si hubiera sido lijada con papel de lija: “Igualmente te hubieras enamorado de mi?”