Diario de una Esposa Traicionada por Rocio H. Gómez

Diario de una Esposa Traicionada Capítulo 98



Capitulo 98 

E se quedo ligeramente atónito: “Lo de la empresa, ya lo sabes?” 

S me entere hoy Le contesté y quise encogerme de hombros pretendiendo ser despreocupada, pero me di cuenta de que no tenia fuerzas Finalmente le dije “Entonces, no vas a cambiar tu decisión, 

Como podria el permitir que Andrea volviera a estar en el ojo del huracan 

Como era de esperarse su expresión se tomó fra: “Ella esta embarazada y su condición es delicada, no puede soportar estres. Pero tranquila, una vez que mejore, no permitire que vuelvas a sufrir.” 

Escuchar sus palabras fue como sentir un fro helador en el corazón por decadas 

Decepcionada contuve las lágrimas mientras le decia.”¿Y si yo tambien estuviera embarazada? ¿Qué pasaria si mi situación fuera incluso peor que la suya?” 

que 

Cada segundo al podia sentir una opresion en mi vientre, una humedad abajo. Pero mi esposo me decia que su amada no podia soportar el estrés, asi que solo tenia que aguantar un poco mas. ¿Eso significaba que habla nacido para ser menospreciada? 

Isaac se tenso ligeramente y luego solto una risa ahogada, diciendo: “¿Como te has vuelto tan infantil 

como ella?! 

“¿Qué? Devo estupefacta. 

Entonces el comento: ‘Fuera de tus dias seguros. ¿cuando no hemos usado protección? Es imposible que estés embarazada. 

De repente, un viento frio vino de no se donde haciendome temblar hasta los huesos. Mi corazón temblaba, mi voz sonaba ronca cuando sondee: ¿Nunca has pensado en tener hijos conmigo?” 

El funció el ceño extrañado: ¿Acaso tu quieres tener hijos…? 

De repente no pude controlar mis emociones y lo interrumpi friamente: “Ya basta. Tienes tiempo, ¿verdad? Vamos a arreglar los papeles esta tarde.” 

Isaac se puso serio de inmediato negando: “No hay tiempo.” 

Yo insisti: “Si hay no hay tiempo, entonces mañana. 

Aprese mis labios, diciendo cada palabra lentamente: ‘Mañana por la tarde, te esperare en la entrada del Registro Civil.” 

“Entonces al mediodia. Si tenemos que separarnos, al menos comamos una última comida juntos.” Dijo bajando la mirada hacia mi. 

Casi lloro, negando con la cabeza: “Las personas que se van a separar, mejor no dejar demasiados recuerdos. This is from NôvelDrama.Org.

Después de hablar, las puertas del ascensor se abrieron, y sin el coraje de mirarlo de nuevo, di un paso. dentro. 

Al día siguiente por la tarde. 

Leticia me vio cambiandome de ropa para salir, me llamó la atención: “¿Vas a salir? El doctor dijo que necesitas reposo.” 

“Voy a divorciarme” Le explique 

La temperatura cayo repentinamente, me puse un abrigo de cachemira blanco, mis labios todavia estaban sin color, le comente: “Cuanto antes me divorcie, menos afectará mi estado de ánimo. El doctor también dijo que estar de buen ánimo es muy importante.” 

Además, iría y volveria en auto, no caminaria más de doscientos pasos. No era diferente del reposo. 

Ella estaba preocupada: “¿Quieres que te acompañe?” 

“No hace falta.” Le dije, queria ir sola. 

Era triste decirlo, pero cuando obtuvimos la licencia de matrimonio, Isaac no estuvo presente, fue Ricardo quien lo arreglo con alguien para que lo hiciera. Esa vez, al hacer los trámites de divorcio, deberiamos poder entrar juntos al Registro Civil al menos una vez. Si no hubo una buena reunión, al menos debería haber una buena despedida. 

Cuando llegué al Registro Civil, Isaac ya estaba esperando en la entrada. El tiempo estaba terrible ese dia, había una de esas raras tormentas de otoño. 

Se acercó-con un paraguas hasta el auto, sosteniendo mi brazo, cuidadosamente me recordó: “Despacio, no pises los charcos.” 

“Está bien.” Asenti. 

El aire estaba húmedo y frío, después de bajar del auto, no pude evitar estremecerme, alzando la vista hacia él dije: “Vamos adentro.” 

El suelo estaba resbaladizo, quizás temía que me cayera, me abrazó fuertemente por los hombros. Como en estos tres años de matrimonio. Me senti algo melancólica, en ese momento todavía podiamos apoyarnos el uno al otro con el nombre de esposos, pero una vez que saliéramos por esa puerta, seríamos extraños. 

Justo cuando entramos, un empleado se acercó sonriendo: 

“¿Vienen a recoger su certificado, verdad? Qué linda pareja son, viniendo a casarse incluso con este 

aguacero.” 


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