El empresario del corazon roto

Chapter 60: Después de la tormenta



Chapter 60: Después de la tormenta

[Isabel]

“No te preocupes Quentin, ya vi sus signos vitales e Isabel estará bien”.

Escucho la voz de mi madre a los lejos.

“Es lo único que deseo… sólo que aún no despierta, me tiene preocupado”.

Dice Quentin preocupado.

“Es normal, estuvo en cirugía y perdió mucha sangre, pero ella es fuerte y se está recuperando”

Habla mi padre.

“Necesito que abra los ojos, quiero asegurarme que está bien.”

«Estoy bien» Pienso mientras mi cuerpo comienza a reaccionar y mis sentidos comienzan a

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En mi vida había sentido un dolor tan grande como el de un disparo en la pierna cerca de la ingle.

Recuerdo que sentí algo muy caliente y luego dolor, mucho hasta caer dormida. Después de ahí, no

recuerdo nada de lo que pasó, no sé en qué terminó ni que pasó; ahora me encuentro en el hospital.

—¿Quentin? — Pregunto.

Él se acerca a mí de inmediato y al abrir los ojos veo su rostro sonriente.— Amor ¡Despertaste!

—¿Papá? ¿Mamá? — Les digo mientras veo cómo me sonríen.

—Los llamé, tenía que hacerlo, entraste a cirugía amor.

—¿Cirugía?

—Sí, perdiste mucha sangre y la bala perforó ligamentos importantes pero nada que no se pueda

arreglar con terapia y mucho descanso, yo te cuidaré.— Me murmura y apenas le sonrío.

—¿Qué pasó con Vincent? ¿Qué pasó con tu hermana? — Le pregunto y él voltea a ver a mis padres.

—Vincent murió, mi hermana lo mató ¿qué no recuerdas?

Niego con la cabeza.— No recuerdo mucho y ¿tu sobrina?

—Se encuentra por ahora en el piso con Vivianne. Mi hermana ya está en la cárcel…

—Tienes que ir a verla Quentin, tienes que hacer algo para que salga libre…

—Lo haré, pero me importa que tú estes bien.

—Lo estoy, yo no iré a ningún lado, pero tu hermana puede pasar el resto de la vida en la cárcel, sería

un final muy trágico para ella, después de todo lo que sucedió ¿no crees?

Quentin acaricia mi rostro.— Siempre debes pensar en los demás.

—Pienso en ti, no tanto en ella… eres un buen hombre y no quiero que pases el resto de tu vida ahora

lamentándote por esto, al menos habla con ella.

—Está bien.. iré a hablar con mi hermana aprovechando que tus padres están aquí, pero después

regresaré para quedarme contigo ¿me entiendes?

Asiento con la cabeza. Quentin me da un ligero beso en los labio y acaricia mi rostro.— Te amo.— Le

murmuro.

—Te amo Isabel.— Me responde.— Volveré ¿si? Lo haré pronto.

Él se da la vuelta y después de tomar el abrigo sale de la habitación para dejarme con mis padres. Ello

se acercan y mi madre me sonríe.

—Ese hombre te ama como no tienes idea.— Dice.— Estuvo en el hospital contigo sin despegarse de

esta cama por días a pesar de que le dije que yo podía cuidarte.

—¿Cuánto tiempo pasó?

—Hoy cumples cuatro, pronto el color te regresará a la piel y tu semblante cambiará, aunque creo que

la rehabilitación será un poco más larga.

De pronto me pongo a pensar en mi negocio, ya pasaron más días de los que dije que me ausentaría

y no he podido atenderlo. Tal vez cuando regrese ya no tendré nada y volveré a empezar, tal y como

pasó con “La Croix”y cómo pasará ahora.

—Estamos felices de que estés bien mi amor, nos asustaste mucho, pero a la vez nos emocionó el

subirnos en un avión privado.— Bromea mi papá y yo sonrío.— No sabíamos que era todo tan en serio

hasta que él nos llamó para decirnos que estabas aquí, penamos ¿qué hace Isabel con él hasta

Nueva York?

—Es una larga historia papá, pero te la contaré cuando me sienta mejor… ¿Crees que pueda volver a

dormir? — Pregunto y él asiente.

—Tu madre y yo estaremos aquí en el sofá y luego nos iremos al lujos hotel que nos reservó tu novio

cuando él regrese…— Comenta emocionado y sonrió.

Me acomodo sobre la almohada y vuelvo a cerrar los ojos un sentimiento de felicidad viene hacia mí,

no sé si es por la morfina que aún está en mis venas o por el simple hecho de saber que Quentin ha

descubierto la verdad, Vincent se ha ido y yo estoy viva después del disparo. Sin embargo, a pesar de

la mala relación que pude haber empezado con la hermana de Quentin, siento mucha lástima por ella

y me gustaría que después de todo, ella pudiera encontrar su propia felicidad a lado de Lea, esa

pequeña que tan niña se ha quedado sola en el mundo.

«Tal vez pueda jugar con Thomas» Pienso y después vuelvo a quedar dormida.

***

[Quentin]

Después de cientos de revisiones y de esperar un poco, por fin me deja entrar al lugar donde mi

hermana se encuentra encerrada desde hace unos días. Jamás pensé vendría a verla a un lugar así,

sobre todo porque Jaqueline nunca hizo escándalos ni nada que la metiera en problemas.

—La señora Cassals no ha querido comer nada.— Me anuncia el guardia.— Dice que no tiene

hambre.

—Gracias.— Contesto.— Y también le agradezco que pueda verla en un lugar privado.

—De nada… sólo tiene diez minutos, así que pregunte lo que es correcto.— Me indica y sale de la

habitación.

Me quedo un momento viendo a las parees frías, a la pequeña mesa con dos sillas y hasta que ella

entra con un traje naranja, el cabello hecho un desastre y la mirada perdida.

—Chérie! — Digo mientras me acerco a ella. Sin embargo, mi hermana no me contesta ni hace ni un

gesto, nada, sólo se sienta en la otra silla —¿Te hace falta algo? ¿Llamaste a los abogados?

Silencio.

—Jaqueline, te lo pido, contestame.

Ella voltea a verme y las lágrimas corren por sus mejillas.

—Mi hija, ¿ella escuchó desde la puerta de su habitación? — Pronuncia.

—No, Lea está conmigo, yo me encargaré de ella, no la dejaré sola.

—Pobre de mi hija, lo que hizo su padre, lo que hice yo…

—Lo hiciste por defensa propia.. eso dirá el abogado y verás que pronto…

—No, no quiero abogados Quentin.— Interrumpe.— Quiero quedarme aquí donde soy una don nadie,

no quiero que mis amigos sepan de mí.

—Pero, Lea no se merece eso, Vincent no se merece que tu pagues por lo que él hizo.

Ella llora y lo hace con toda la sinceridad del mundo. Luego toma mi mano y la besa.

—Sufriste mucho Quentin y yo no estuve ahí. Dejé que te hundieras en la depresión mientras yo

jugaba el papel de que todo estaba perfecto cuando la fuente de tu sufriendo estaba en mi casa,

durmiendo a mi lado entre sábanas de seda. Él te quitó todo, a tus hijos, tu vida, toda la alegría que te

caracterizaba, ese positivismo que siempre traías contigo… eras un hombre enamorado de la vida y lo

perdiste todo.

—No, sólo fue momentáneo, ahora todo está bien.— Le trato de consolar.

—Lo maté porque él rompió mi corazón… e iba a romper el de mi hija. La figura de padre que tenía

sobre él se hubiera perdido y no quería que ella sufriera. Lo maté, porque te quitó todo, porque trató

de hacerle daño a mi familia, porque hay muchas cosas que se pueden fingir hermano, pero no el

amor, y él fingió.

—Jaqueline.

—Aún no puedo quitarme de encima su perfume ¡Quentin! Como me tocaba... él me engañaba con la

zorra de Nadine y luego regresaba a la casa y me llenaba de besos... pensando en otra ¡No en mi! ¿Te

imaginas cuántas veces le hizo el amor a Nadine? y ¿Cuántas me hizo el amor a mi pensando en ella?

¡¿No te da asco?! ¡¿Rabia?!

Me quedo un momento callado porque no sé que contestarle... Ella tiene razón, al menos las manos

que me tocan ahora lo hacen con cariño y me hacen que todo eso no valga la pena.

—Cumpliré mi condena, lo haré cada hora, día, mes y año… pensaré sobre mis acciones y cuando

salga seré otra.

—Pero ¿Lea? ¿No quieres hacer lo mejor para ella?

Jaqueline me ve.— Esto es lo mejor para Lea, y lo sabes… tú lo sabes Quentin. Ella jamás me volverá

a ver igual… y, puedo vivir con lo que le hice a Vincent, pero no podría vivir sabiendo que mi hija ya no

me verá igual…

Tomo su mano y ahora soy yo quien la besa.— Me encargaré de que Lea sepa que su madre hizo

todo esto por ella, me encargaré que ella jamás deje de amarte ¿si?

—Ella está en tus manos Quentin…Cuídala ¿quieres?

—Lo haré.

Jaqueline se pone de pie cuando el guardia entra por la puerta para llevársela de ahí.

—No vuelvas a visitarme hermano… ya no entres a una prisión después de haber salido de una… sólo

se feliz… aprovecha esta segunda oportunidad, al lado de esa mujer…

—Se llama Isabel.— Pronuncio.

—Lo sé…no me importa, haz lo que quieras con ella — Contesta y luego se va.

Esa fue la última vez que vi a mi hermana Jaqueline. Días después se quitó la vida mientras yo e

Isabel celebrábamos que le habían dado de alta. No dejó explicaciones claras así que nunca sabré

porqué lo hizo. Supongo que el amor toca fibras muy fuertes en todos, unos sucumbimos y volvemos a

levantarlos, hay otros que simplemente, no saben qué hacer cuando caen. Yo tuve la suerte de que

encontré a Isabel o que ella me encontró a mí, y sí, mi hermana tiene razón esta era mi segunda

oportunidad para vivir y la voy a aprovechar al máximo. Al fin y al cabo, Nadine y Vincent me dejaron

el camino para hacerlo y si una cosa le tengo que agradecer a él, es haberle dado mi número a la voz

que cambió mi destino.


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