Capítulo 82
Capítulo 82
La abuela Zesati pensó un momento, “Quiero comer pasta con caviar y langosta.”
Eva asintió, “Entonces prepárese mientras yo le aviso a los de la cocina para que preparen la pasta.”
“Bueno.”
Media hora después, la abuela Zesati bajó de su habitación, justo cuando Eva llegó al comedor con la pasta de caviar y langosta recién hecha.
“Madre, la pasta está lista, cómala mientras está caliente.”
“Bien.” La anciana se sintió revitalizada, lo que también mejoró su apetito, y no tardó en terminarse un plato entero.
En ese momento, el mayordomo entró corriendo, sin aliento, “Señora, fui a buscar al Dr. Lozano, pero no quiere venir. Dijo que solo vendrá si la abuela va personalmente a disculparse con él…”
El Dr. Lozano también creia que él era el único en Capital Nube que podía curar a la abuela Zesati, por eso se atrevió a hacer tal demanda.
Después de todo, aparte de someterse a él, la abuela Zesati no tenia otra opción.
La anciana frunció levemente el ceño y le preguntó, “Eva, ¿enviaste a García a buscar al Dr. Lozano?”
Eva asintió ligeramente y explicó, “No respondia cuando llamaba a su puerta, y me preocupaba que hubiera algún problema con la medicina de anoche, así que le pedi al mayordomo que trajera al Dr. Lozano.”
La abuela Zesati miró hacia el mayordomo, “García, ¿dices que el Dr. Lozano quiere que yo me disculpe con él personalmente?”
El mayordomo asintió con dificultad.
La abuela Zesati sonrió, “Dicen que un médico debe tener corazón de oro, ¡pero estoy segura de que el -corazón del Dr. Lozano se lo comieron los perros! ¿Quiere que me disculpe con él? ¡Que siga soñando!
¡No merece ser médico! ¡La medicina de mi nieta es mil veces mejor que la suya! ¡Diez mil veces!”
Eva sonrió, “Madre, gracias a la señorita Gabi esta vez. Si no fuera por ella, probablemente habría tenido que rogar al Dr. Lozano. ¿Dónde vive? Madre, vamos juntas a agradecerle y de paso llamamos a Sebastián.”
Eva tenía mucha curiosa por conocer a Gabriela.
Hermosa.
Buena en medicina.
¿Acaso sería como un ángel?
Eva no podía imaginar cómo sería un ángel aún más hermoso que Verónica.
La abuela Zesati se levantó, “Vas a asustar a mi nieta si haces eso de repente. Estas cosas deben hacerse lentamente, no hay que apresurarse, todo a su tiempo. Yo iré a buscarla por mi cuenta, tú no necesitas acompañarme.”
“Pero, ¿no parecerá que nuestra familia no tiene sinceridad si va sola?” preguntó Eva.
“¡No, no! Gabi no es así. Además, tengo un pequeño secreto que aún no le he revelado a Gabi. Una vez
que hable con ella, la invitaré a nuestra casa y entonces podrás agradecerle como quieras.”
Eva asintió, “Está bien, entonces mandaré al conductor con usted.”
“Perfecto, subiré a cambiarme.”
Poco después, la abuela Zesati bajó ya cambiada.
Aún llevaba esa ropa vieja y desgastada.
Eva preguntó confundida, “Madre, ¿por qué se ha vuelto a poner esa ropa?”
La abuela Zesati mostró una sonrisa misteriosa, “Es un secreto.”
Por otro lado.
En la clínica del Dr. Lozano, él había esperado mucho tiempo y aún no había noticia del Sr. García.
¿Qué estaba pasando?
¿Acaso la anciana de la familia Zesati había… fallecido? Content from NôvelDr(a)ma.Org.
Al pensar en esto, el Dr. Lozano sintió un tumulto en su interior.
Si ella realmente hubiera muerto, ¿qué haría él?
Aunque la familia Zesati acababa de mudarse a Capital Nube, eran muy generosos, mucho más que la típica familia acaudalada.
Él había estado contando con curar a la anciana Zesati para ganar un buen dinero.
Dr. Lozano rápidamente llamó al mayordomo.
El comentario del mayordomo lo dejó como si le hubieran echado un balde de agua fría encima.
Esa gélida sensación le recorrió el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.
La abuela Zesati no solo estaba bien, sino qué su condición había mejorado notablemente. ¿Mejorado?
¿Cómo podría estar mejor la abuela Zesati sin su tratamiento?
¿Cómo podría existir en Capital Nube un médico más competente que él?
Capitulo 83
El Dr. Lozano se sentia un tanto asombrado.