CAPÍTULO 119
CAPÍTULO 119
CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 6. ¡Prométemelo!
Maddi temblaba y no era de frio. Habían hecho la cita para una clínica especializada, y James había insistido en acompañarla, pero Maddi no lo había dejado pasar más allá de la sala de espera.
-No tienes por qué hacer esto sola–murmuró James.
-Sí, sí tengo. Esta es mi decisión y es mi responsabilidad. Y tú has sido un amigo increíble, pero no puedo dejar de sentir que también te estoy lastimando mucho con esto y no… no quiero que entres.
-Está bien. Está bien, aquí voy a estar esperándote cuando salgas… y vamos a pedir fetuccini y veremos El Patriota, ¿de acuerdo?
OK…susurró Maddi antes de darle la espalda y seguir a la enfermera que la había llamado.
Le pusieron una bata de hospital y una doctora muy amable le explicó cómo realizarían aquel procedimiento mientras acercaba una máquina de ultrasonidos.
En media hora realizaremos la intervención, solo déjame revisar el avance de tu embarazo para asegurarme de que no voy a ciegas–dijo la doctora mientras echaba un gel helado sobre. su vientre. Este es un ultrasonido Doppler… es mejor que no veas a la pantalla.
Maddi frunció el ceño.
-¿Por qué no?-preguntó.
-Bueno… es que decidiste no tenerlo, y ver el desarrollo del feto puede llegar a ser contraproducente para tu psicología en este caso.
Los labios de Maddi temblaron.
-¿De… desarrollo? ¿Qué qué desarrollo…? Solo tengo poco más de ocho semanas, pensé que era como una semillita, ¿un garbancito?
La doctora se le quedó mirando y asintió con un gesto que a Maddi no la convenció.
—¿No es asi? ¿Qué no me está diciendo? -reclamó asustada.
Bueno, es que el garbancito ya tiene un esbozo de… ojitos, bracitos, piernitas, y… -La doctora dudó un momento pero luego conectó el audio y Maddi dio un respingo cuando escuchó aquel aleteo que parecía abejita zumbando.
-¿Eso es…?–Las lágrimas le subieron a los ojos sin que pudiera evitarlo.
El Doppler es un ultrasonido muy potente, así que aunque sea tan chiquito ya se puede escuchar su corazón -dijo la doctora y ella manoteó para ver bien la pantalla. Text property © Nôvel(D)ra/ma.Org.
Maddi rompió a llorar mientras veía la ecografía de su bebé. Solo era forma borrosa en la pantalla pero ella ya podía distinguir demasiado.
Quince minutos después la doctora salió del consultorio y pasó la vista por la sala de espera, hasta que alzó la voz
James?-preguntó y de inmediato James de acercó a ella.
¿Qué pasó? ¿Maddi está bien?-respondió él asustado.
está bien, porn sera mejor que entre porque está muy alterada.
james certo los ojos par an momento y se armó de valor, pero cuando entró el corazón se le rayó al suria. Maddi se rodeaba las rodillas con las manos y lloraba desconsolada. La abrazó con fuerza mientras le acariciaba el cabello con ternura y ella se colgó de su cuello.
¡No puedo hacerlo, James… ya tiene corazoncito… y piernitas–sollazó mientras los dos miraban la pantalla donde se había quedado congelada aquella foto- ¡Tienes que prometerme que vas à cuidarlo mucho! ¡Por favor prométeme que vas a cuidarlo mucho, y que vas a hacerlo muy feliz!
James sintió que su corazón se detenia por un instante y luego asintió, apoyando la frente en la suya mientras su pecho se hinchaba de emoción y esperanza.
Te lo prometo, Maddie, este va a ser el bebé más consentido de la tierra.
-¡Y tienes que llevarlo al mar..!—le pidió Maddie–A mares bonitos para que vea todas las cosas que su mamá no ha visto.
James asintió mientras la abrazaba de nuevo y ni siquiera volvió a salir de la habitación, solo se dio la vuelta mientras ella se cambiaba y luego la sacó de allí lo más pronto posible.
Iba a tener a su bebél Sabia que estaba mal sentirse tan bien cuando Maddi se sentía tan mal, pero después de todo era solo humano, él quería tener a ese bebé, y sabía que podía darle la familia más hermosa del mundo, porque nacería siendo un King.
Dos horas después de llegar de regreso al departamento, ya James había hecho las maletas y Maddi no entendía nada.
-¿Nos vamos?
–Si, no quiero que sigamos viviendo en este edificio -respondió James–Hablé con mi hermana y me dejó la llave de su departamento en la ciudad, hasta que tú y yo encontremos algo que nos guste. ¿Está bien?
Maddi asintió, aunque realmente no podía objetar mucho. Vio a James cortar sus tarjetas y lanzarlas a la basura.
Olvida todo eso, Vas a tener una nueva vida ahora, una vida muy diferente, alejada de todo esto dijo el tomando su mano mientras abandonaban aquel edificio para siempre.
El departamento de Sophia, la hermana de James, era cálido y acogedor, se notaba que había sido el hogar de una mujer por mucho tiempo, pero solo tenía una habitación.
No te preocupes – sonrió James-. Me quedé lo suficiente en este sofá como para saber que está increible. Además será por poco tiempo, mañana mismo empezamos a buscar algo más grande
Esa noche de nuevo tocó fetuccini y pelicula triste, y cuando ella se durmió, James la levantó y la acestö en la cama para que estuviera cómoda. Sin embargo antes de que se fuera Maddi se agarró a la manga de su playera.
Por favor no te vayas–murmuro con los ojos cerrados– Si te vas creo que dejaré de dustingir entre la realidad y esta pesadilla
James respiré prefiendamente y se acostó junto a ella, abrazándola. Por un largo rato se quedó quando al techo, mientras acariciaba su espalda con suavidad. Jamás habla conocido à una
persona más vulnerable que estuviera obligada a ser tan valiente, asi que entendió que lo que exioba sintiendo por ella era un respeto y una adintración profundas.
Al día siguiente cuando despertó, James se sobresaltó de que Maddi no estuviera a su lado, pero apenas se asomó a la puerta del cuarto cuando la vio haciendo el desayuno.
Hoy tengo que ir a la oficina. ¿Quieres venir conmigo para que te distraigas? —le preguntó,
Si, me gustaria respondió Maddi. Sé que no debo volver a trabajar pronto, pero estar encerrada ya me está volviendo loca.
Se allstó con sencillez, apenas un jean, una blusa ancha y suavecita, y sandalias bajas, y cuando miró a James de cuello y corbata casi se arrepintió de ir.
-No seas boba. A mi hermana cuando se le subía lo “artista” iba a trabajar en pijama, y tú te ves linda con cualquier cosa, vamos le sonrió él, tirando de su mano para llevársela.
–
Sobra decir que Maddi se sintió intimidada cuando vio aquella mole de oficinas de más de sesenta pisos.
-Conste que no todos son nuestros, solo tenemos el diez por ciento del edificio.
-¡Claro… porque eso hace toda la diferencia para mi! -replicó ella con sorna, pero pronto se vio recibida por más de treinta personas que estaban esperando por James.
Hasta iban ordenados, pero con eficiencia: saludo, tablilla, firma, el siguiente, saludo, pluma, tablilla, firma, el siguiente… ¡Y todo eso mientras caminaba!
Para cuando llegaron frente a la oficina principal y James se volvió hacia ella, Maddi estaba muda.
-¿Pasa algo?
-Siento como si tuviera que hacerte una reverencia o algo… -murmuró ella y James se rio presentándole a su asistente-. Loretta, esta preciosura es Maddi. Es una invitada muy especial así que te encargo consentirla en lo que yo termino el trabajo pesado.
Loretta era una señora de unos sesenta años, con lentes estilo ojos de gato, regordeta y risueña.
¿Es su novia nueva?-preguntó por lo bajo a su jefe.
No, es más importante todavía así que tienes que cuidarla muy bien–respondió James. -¡Perfecto, entonces! ¡La buena noticia es que yo le voy a dar el tour mientras usted atiende at la Hidra que está en su oficina!-declaró Loretta y él frunció el ceño.
–¿Sabrina está aquí? –gruñó.
Y del peor humor posible–replicó su asistente, que jamás la habia soportado. Llegó hace una hora preguntando por usted, y no pude sacarla porque probablemente sus extensiones tengan seguro y yo soy pobre, señor King… Pero și la cosa se pone fea, le puse a Seguridad en el 1 de su teléfono de la oficina.
James miró a Maddie con un suspiro y ella se encogió de hombros.
¿Tailandesa y “The big bang theory“?–preguntó la muchacha sabiendo que era su comida
y su serie favoritas.
Te voy a tomar la palabra -le advirtió James mientras ella se iba con Loretta y él empujaba la puerta para encontrarse con el rostro frio y molesto de su lamentablemente todavia
esposa
-Sabrina. ¿A qué debo el honor?-saludó James con tono neutro, esperando que aquello no se convirtiera en una pelea de inmediato.
Sin embargo esa esperanza murió cuando ella lanzó el documento de la contrademanda con fiereza sobre el escritorio.
¡Vine a que nos riamos juntos, porque esto evidentemente tiene que ser una broma! -siseó.
James miró de nuevo los papeles y negó.
-Para nada. Para empezar tú y yo tenemos un contrato prenupcial, asi que esa “mitad de todo. “que pretendías pedir, no te la va a dar ningún juez. Y para seguir te estoy ofreciendo justo lo que la ley ordena: el treinta por ciento de mis ingresos -sentenció-. Cualquier mujer en este país estaría dando saltos por ganarse esto cada mes sin tener que mover ni un dedo. Además, no es como que tú los necesites; digo… eres una modelo importante, ¿no?-dijo con sorna Probablemente rechaces tres o cuatro contratos de diez mil euros todos los días.
El rostro de Sabrina se crispó de la rabia, porque los dos sabían que hacía mucho tiempo que ella no lograba un contrato tan grande.
¡No te hagas el gracioso, James! ¡Ese prenupcial es pura basura! ¡Un antojo de tu madre para que yo demostrara que no me casé contigo por tu dinero! ¡Y creo que eso ya lo demostré de sobra…!
-Entonces si no te casaste conmigo por eso, una compensación mensual de diez mil euros serán como algo…. inesperado para ti.
-¡Eres millonario, maldit@ sea! -rugió Sabrina-. ¡Lo menos que puedes hacer después de estar contigo por todos estos años es darme una compensación a la altura! ¿Crees que no sé que me estás escondiendo dinero? ¡Tu familia es dueña de una de las compañías más grande en la industria de la publicidad en el mundo! ¿¡Y tú lo único que puedes darme son diez mil cochinos euros al mes!? ¿¡Te crees que soy estúpida!? ¡Once mil cuesta la noche en el maldito hotel de Las Maldivas que tanto amas…!
James respiró profundamente y la miró con impaciencia.
-Si yo tuviera que compensar todas las decepciones que me hiciste pasar durante nuestro matrimonio, tú también me deberías mucho dinero, Sabrina -replicó con tono hosco. Así tú decides. Aceptas esto o nos vamos a juicio, y quizás el juez no sea tan benévolo como yo.
-¡No puedes hacerme esto, James…! ¡Yo soy…!
que
La puerta abriéndose bruscamente y sin aviso la interrumpió y Loretta asomó la cabeza.
-¡Señor King…necesito que venga, es urgente!
A James se le heló tanto el corazón que ni siquiera le preocupó decir aquello frente a Sabrina.
-¿Qué le pasó a Maddi?
-No se siente bien…-respondió Loretta.
–¿Maddi? ¿¡Quién es Maddi!?–ladró Sabrina viendo cómo James se dirigía apurado a la puerta, y lo agarró de la manga del saco para detenerlo. ¡¿Quién diablos es Maddi, james?!
-¿Sabes qué? -gruñó él soltándose bruscamente–¿Lo quieres todo? ¡Bien! ¡Lo único que tengo de mi propiedad es el departamento que compartía contigo, así que quédatelo! ¡Puedes
quedarte con todo, Sabrina, porque lo que yo necesitaba para ser feliz ya lo encontré! Solo espero que un dia te pase lo mismo antes de que te conviertas en una exmodelo olvidada y amargada. Se giro hacia Loretta con preocupación y preguntó por la única persona que de verdad le interesaba-. ¿Dónde está Maddi?