Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido

Chapter 177



Capítulo 177

Pedro parecía no tener energías para seguir

oficina del presidente. Mañana ve a hablando.–Elige tú mismo el puesto en la

Miguel, él se encargará de arreglarlo.

Cuando Bella recién se graduó, le mencionó a Pedro que quería trabajar en la oficina del presidente para poder estar cerca de él y verlo todos los días.

Era sorprendente que Pedro todavía recordara eso.

Sin embargo, ahora ella no tenía ningún interés en la oficina del presidente.

Solo quería alejarse lo más posible de él.

Pedro no le creeria si dijera eso. Además, faltaban menos de diez días para el divorcio.

No había necesidad de discutir más con él.

Así que Bella se mantuvo en silencio y se sentó en el automóvil.

Justo cuando estaba a punto de arrancar el coche, Pedro se sentó en el asiento del copiloto.

-Bella, aún no he terminado de hablar. ¿A dónde vas? -dijo Pedro, molesto.

Bella lo miró fríamente. -¿Qué más tienes que decir, sobre el trabajo? Gracias, pero no tengo. interés en ningún puesto en la oficina del presidente. Si alguien quiere hacerlo, que lo haga. This is property © of NôvelDrama.Org.

Al ver la impaciencia en el rostro de Bella, Pedro sintió una sensación de frustración. -Bella, ¿ qué es lo que realmente quieres?

-Quiero que te bajes del coche -respondió Bella con impaciencia–¿Puedes bajarte ya?

Pedro apretó los dientes y dijo: -Voy a volver contigo.

-No es de camino. No estoy volviendo a casa ahora.

-¿A dónde vas?

-No es asunto tuyo.

Bella mostraba una actitud de rechazo, como si estuviera siendo perseguida, y eso finalmente agotó la paciencia de Pedro.

En ese momento, ya no tenía tantas ganas de divorciarse. Sentía que podían seguir adelante a regañadientes.

Pero ya había hecho todo lo que podía, y si Bella todavía no podía seguir adelante, él no la retendría por la fuerza.

Decidido, Pedro salió del coche dando grandes zancadas.

Planeaba darle algunas advertencias más a Bella, pero justo cuando sus pies tocaron el suelo, Bella pisó el acelerador y se alejó rápidamente.

Pedro se quedó sin palabras.

Bella llegó a la casa de su abuelo.

Observando cómo su abuelo estaba ocupado y enérgico con sus plantas y flores, Bella sintió un nudo en la garganta.

Era maravilloso poder estar cerca de su abuelo durante toda su vida.

-Bella, ¿por qué estás parada ahí y no entras? -el abuelo la vio.

Bella, borrando disimuladamente una lágrima de su ojo, respondió: -Acabo de llegar y te vi ocupado, así que no te llamé.

Alberto sonrió y dijo: -Eres una niña curiosa, ven aquí y ayúdame a deshierbar.

-De acuerdo.

Bella tomó una pequeña azada y se agachó en el jardín junto a Alberto, ayudándolo con las plantas y las flores.

El sol aún no se había puesto por completo y los últimos rayos iluminaban el jardín. Mientras cuidaban de las plantas, el jardín estaba impregnado de una sensación de paz y serenidad.

Bella inexplicablemente se sintió conmovida.

Antes, estaba obsesionada con Pedro y no se daba cuenta de las cosas sencillas y hermosas que había en la vida. †

Bella, ¿por qué no dices nada? ¿La relación entre tú y Pedro ha mejorado en estos días? preguntó Alberto mientras charlaban.

Al mencionar eso, Bella recordó el regalo que le había dado a Pedro hace dos días. Abuelo, ¿ cómo es que compraste un regalo en mi nombre para Pedro?

Alberto soltó una risa y dijo: -¿Y tú lo compraste tú misma?

Bella frunció el ceño y respondió: -De todos modos, a él no le importa, así que no quiero perder mi tiempo y esfuerzo.


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