Chapter 386
Capitulo 386 I Venia con una actitud agresiva, como-si ‘ ~~ contuviera una gran ira.
—Senorita Hernandez, ; qué haces aqui? —Bella fruncio el cefio con cautela.
Laura exclamo, furiosa: —jVengo a he A! preguntarte hasta cuando piensas seguir perjudicando a mi hermano Carlos! »jAhora que el Grupo de Expedicion esta sufriendo tantos problemas, todo es por tu culpa! {Y ti aqui, tan tranquila, tomando el sol! Asi que se trataba del asunto del Grupo de Expedicion.
Bella respondio: —Carlos dice que se encargara de todo.
—¢Y td crees que con que él diga que se hara cargo, ya puedes lavarte las manos? Laura estaba indignada. —{Tu aparicion
+ ha traido tanta desgracia a mi hermano! iPrimero el escandalo de sus supuestas I reuniones secretas, que tanto le costo acallar, y ahora esto! {No han pasado ni dos dias y ya vuelve a haber otro problema! Bella sabia que esta vez tenia algo de culpa, asi que no le replicé a Laura. ; Pero ella lo interpret6 como indiferencia: —¢Qué actitud es esa? Crees que te estoy acusando injustamente? {Si ni siquiera sabes lo mucho que mi hermano Carlos se ha desvivido y agobiado por ti! {No eres digna de estar a su lado! Con calma, Bella le respondié: — Senorita Hernandez, este incidente desafortunado fue provocado por mi, pero en el funcionamiento de un grupo empresarial siempre surgen diversas situaciones. Ya que Carlos se ha hecho cargo, debes confiar en que tiene la capacidad para resolverlo.
—No intentes engatusarme con tus
* palabras melosas, ja mi no me engafias como a mi hermano! Laura seguia furiosa. —jTe aconsejo-qtie seas sensata y te deshagas del nifio cuanto antes, y te alejes de él! Al ver que la atencién de Laura se habia desviado al asunto del nifio, Bella decidié no seguir discutiendo.
—Senorita Hernandez, si no tienes nada mas, me retiro a mi habitacién.
—iNo te vayas! —la interrumpié Laura, de manera autoritaria—. La otra vez ya te adverti que te deshicieras del nifo, hasta cuando piensas seguir alargando esto! {No me obligues a tomar cartas en el asunto! Al oir eso, el semblante de Bella se endurecio. —Senorita Hernandez, como ya te dije antes, esto es un asunto personal mio, y no tienes derecho a intervenir en la decision sobre el nifio.
—jTua! —Laura se puso roja de ira.
> —Con permiso. .
Bella dijo que iba a irse, pero al pasar junto a Laura, fue empujada con irritacion. —jAléjate de mi, mujer odiosa! I Si hubiera sido en otro momento, ese pequeno empujon de Laura no habria causado dao a Bella en absoluto, pero en ese instante, Bella sinti6 un intenso dolor punzante en su vientre.
iSus piernas flaquearon y terminé sentada en el suelo! —T, tu... (Estas intentando fingiry culparme? —Al ver esto, Laura se sorprendio y enfurecio—. {No te he empujado con fuerza! {Deja de fingir! El dolor que Bella sentia en el abdomen se intensifico atin mas, su frente perlada de sudor y su voz débil. —Llama... al médico...
Al ver a Bella tan adolorida que incluso
* sus labios se habian vuelto pélidos y no podia incorporarse, Laura se alarmé. — TU, th... {Qué te pasa? Jans —jSenora Romero, {qué le ocurre?! En ese momento, Anna, sentada en una i silla de ruedas, apareci6 de alguna parte.
Al ver a Anna, Bella, que se sujetaba el 1 estémago, sintié un escalofrio y una profunda sensacion de panico y ansiedad invadi6 su corazon.
La aparicién de Anna en ese momento no podia ser una casualidad.
Laura, al ver que alguien conocia a Bella, se apresuro a decir: —No la he empujado con fuerza, ella se cayo sola.
Anna también estaba apurada. —Dejemos eso para después, hay médicos en urgencias, ve a buscarlos rapido.
«2 . 2 : Laura salio apresurada, y Anna se bajo de la silla de ruedas para intentar ayudar a Bella. —Bella, resiste, los médicosText property © Nôvel(D)ra/ma.Org.
\llegaran pronto.
—No me toques... —Bella le impidi6 el paso, con un profundo sentimiento-de inquietud que no dejaba de crecer.
—{¢Acaso eres tii...? —ella le pregunté entre dientes.
Bella no habia dicho nada, pero Anna no parecia sorprendida.
Se agacho junto a Bella, con una expresion de preocupacion en el rostro, pero su tono, aunque ligero, tenia un toque de frialdad. —Bella, debes entender que no permitiré que tengas el hijo de Pedro.
—ijAh! —Bella grito, y no se sabe de donde sacé fuerzas para agarrar a Anna por el cuello.
—iTe haré pagar por esto!