Despidiéndose de mi amor

Capítulo 0233 

En la villa Oasis 

Debido a lo que sucedió ayer, Julio aún estaba muy enfadado y decidido a mantenerse distanciado. Antes, Silvia solía temer cuando jullo la ignoraba, pero ahora, estaba muy encantada de que él lo estuviera haciendo. 

Hoy había logrado manejar todos los asuntos relacionados con la nueva canción y la había enviado a empresas en el extranjero. También recibió una noticia increíblemente buena: un inversionista anónimo había inyectado varios miles de millones en su empresa, todo debido a gran admiración por ella. Prometió seguir invirtiendo y solo necesitaba usar sus canciones a cambio. El dinero que le ofrecía era más alto realmente de lo que Silvia nunca había imaginado 

SU 

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Por supuesto, ella no sabía que Julio había perdido más de siete mil millones en su cuenta personal. 

El teléfono sonó y Silvia vio que era una llamada de Viviana. Miró instintivamente hacia arriba, donde Julio aún estaba trabajando en su estudio, sin haber bajado en todo el día excepto para comer. Así que salió de inmediato a recibir la llamada. 

-¿Qué sucede, Viviana? 

Silvia, lo siento mucho. 

Viviana sollozaba en medio de la calle. 

-David ha secuestrado a Oscar de verdad, lo llevó consigo considerando lo que era su hijo. -Originalmente planeaba recuperarlo yo misma, pero ni siquiera pude entrar a su mansión, me 

echaron como un perro a patadas. 

El corazón de Silvia se tensó al instante. 

-No te preocupes, por eso no llores, cuéntamelo todo despacio. 

Viviana le contó todo lo sucedido ese día. 

-Ese bastardo de David, dijo que quería cuidar él mismo de Oscar, y hasta me ofreció dinero, diciendo que podía pedirle todo lo que quisiera… 

Un malentendido tan grande como este era algo que nadie podría haber previsto. ¿Cómo pudo David pensar que Oscar era su hijo? 

Después de tranquilizarse un poco, Silvia consoló a Viviana. 

-Viviana, no llores más, esto no es culpa tuya, él debe de estar confundido. Si él cree que 

Oscar es su hijo, seguramente no le hará ningún daño. Si le decimos que Oscar no es su hijo, 

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nos lo devolverá. 

-Silvia, ese tipo me bloqueó, no puedo contactarlo, y tampoco me atrevo a contactar a otras personas. 

El asunto era muy grave, realmente temfan que Julio sospechara. Juan todavía estaba con él, y los dos niños se parecían muchísimo. Aunque Julio ya había visto a Oscar anteriormente, esto fue solo un encuentro fugaz y no le dejó ninguna impresión. 

Silvia guardó absoluto silencio por un momento y luego le dijo: 

Lo contactaré. 

-¿Estás segura? 

Viviana sabía lo mucho que Silvia odiaba a David. 

-Lo haré en tu nombre, le diré que estás muy preocupada por el niño. 

-Está bien. 

Después de colgar, Silvia transfirió de inmediato algo de dinero a Viviana para ayudarla en su apuro. Luego, marcó de inmediato el número de David. 

Ya eran las nueve de la noche, Oscar no había comido ni bebido desde que llegó a la villa, ni siquiera pedía clemencia, mostrando una fuerte actitud de «<si tienes la capacidad, puedes dejarme morir de hambre». 

La niñera junto a él no pudo soportarlo más: 

-Señor, el niño es aún muy pequeño, debemos enseñarle con paciencia. 

-Un día sin comer no lo matará–respondió David, muy curioso por ver cuánto tiempo. podría aguantar. 

La niñera tuvo que retirarse en ese instante. 

El teléfono sonó, y David lo recogió: 

-¿Hola? 

-Soy yo, Silvia. 

David se levantó de inmediato del sofá, con la mirada fija en la sala infantil donde estaba Oscar. 

-Viviana me pidió que te dijera que el niño realmente no es tuyo. Si no lo crees, puedes perfectamente hacer una prueba de paternidad le dijo Silvia. 

Ella estaba a punto de llevar a los dos niños lejos de Brasmo, y en este momento, no quería complicaciones.