Capítulo 408
Capítulo 408
Aloir eso, me sorprend de momento. Esa vez no era una amenaza. Sino que estaba dispuesto a ir primero a sacar el certificado de divorcio conmigo, y después darme tiempo para pensar. Eso no se parecía al estilo de Isaac. Las oportunidades no se presentan dos veces, asi que acepte gustosamente, eché un vistazo al reloj y le dije:
“Entonces, está bien, mañana. ¿Tiene tiempo mañana per la tarde?”
César dudó un momento, y respondió: “Si
“Entonces dile de mi parte, que mañana a las dos de la tarde nos vemos en el registro civil” Sorprendentemente, al decir eso, no sentia ningún tipo de emoción en mi corazón. No había alivio, ni ninguna otra emoción. Era como si hubiera quedado con alguien para comer al dia siguiente, una cosa bastante normal. Incluso me preguntaba, ¿por qué me habia enredado tanto en eso, sufriendo y decepcionándome una y otra vez?
Después de colgar el teléfono, César entró en la oficina del presidente. Echó un vistazo furtivo a la expresión de Isaac, sin atreverse a hablar. Isaac, sentado en su silla de oficina, levantó la vista de los documentos, sus ojos profundos y serenos lo miraron, y con una voz fria pregunto: *¿Cuándo ha quedado para sacar el certificado de divorcio?”
*…Mañana a las dos de la tarde.” Respondió César
El corazón de César temblo, aunque habia estado al lado de Isaac durante muchos años, en los últimos dos años, le resultaba cada vez más dificil predecir el temperamento de su jefe.
La mirada de Isaac se oscureció levemente, y una sombra de autodesprecio se asomó en sus ojos: “Bien, ya estoy informado.”
Cesar, muy observador, salio y cerró la puerta con cuidado detrás de él.
Isaac se levantó y se dirigió a la ventana panorámica, con la luz del atardecer bañandolo, casi consumido por las emociones turbulentas en su pecho. No queria dejarla ir tan fácilmente. Esa noche en el hotel, su instinto no le permitía dejarla librarse de su agarre. Pero en esos dos años, las palabras que ella había dicho, el las había considerado una y otra vez. Quizás, simplemente no la había respetado lo suficiente. Tampoco habla hablado seriamente con ella, considerando sus pensamientos. Había permitido que muchos malentendidos y barreras crecieran entre ellos, dejándola herida por todas partes. El cambiaría. Él estaba cambiando.
Al día siguiente, para mi sorpresa, llegué diez minutos antes y Isaac ya estaba esperando en la puerta. El hombre, de rasgos distinguidos, llevaba un traje que le había hecho hacia tres años. El estilo aún no habla pasado de moda, resaltando aún más su figura esbelta. Aunque habla perdido los sentimientos del pasado, al ver su rostro de nuevo, no podía decir nada malo sobre él.
Sus oscuros ojos me observaban, viendo como me acercaba paso a paso.
Yo: “Vamos.”
Ét “SL vamos.”
El trámite del divorcio se realizó en el vestibulo. Vi con mis propios ojos cómo el sello metálico se presionaba sobre el certificado de divorcio Cinco años de matrimonio, terminaron en ese momento.
Tomé el documento de manos del funcionario y le pasé el que pertenecia a Isaac diciéndole: “Gracias.”
Me miró fijamente, con voz apagada: “Gracias por qué?”
Le expliqué: “Pensé que seria dificil obtener este certificado de divorcio.”
Él también fue honesto: “Si hubiera sido antes, de hecho, lo sería.”
Lo miré sorprendida: “Tú… has cambiado bastante.”
Sus ojos se suavizaron “Asi, ¿ya no es tan desagradable?”
“De hecho, no lo es.” Sonnet, agitando el certificado de divorcio: “Isaac, feliz divorcio.”
Él sonrió levemente, pero sus ojos se tiñeron de tristeza, solo por un instante, luego volvió a la calma, con una voz clara y fría: “Tú… ¿dónde has
estado estos dos anos?” Belongs © to NôvelDrama.Org.
“En Francia. No oculté nada.
Él no preguntó más, y salimos juntos del registro civil. El calor del verano nos golpeó de inmediato.
Me gire hacia el diciéndole: “Tu traje, puede que tarde un tiempo en hacerlo, además, ahora cobro bastante caro”
A di no le faltaba el dinero, pero aun asi era mejor dejarlo claro.