Sr. Ramos, su multimillonaria esposa quiere el divorcio

Capítulo 135



Capítulo 135

-No me interesan las mujeres.

jAy, Dios mío! ¿Cómo puedes ser tan directa? ¡Me estás lastimando!

Natalie se estremeció y se le puso la piel de gallina por todo el cuerpo.

-Lucía, ¿podrías ser un poco más normal?

Al oír eso, Lucía tosió y recuperó por fin su tono habitual.

la actriz que hace

–He estado superocupada grabando estos días, y hasta hoy me enteré de que la actriz el cuarto papel femenino en nuestro elenco había intentado atacarte en línea aprovechando la fama de Mil Generaciones. ¿Ya lo arreglaste?

Si. ¿Me llamaste sólo por eso?

-¡Estoy preocupada por ti! ¿Cómo puedes ser tan indiferente? Es una lástima que no se haya captado mi sinceridad.

Natalie se sintió bastante impotente y dijo:

Deberías guardar tu talento actoral para el set.

-Ya, no más bromas. ¿Cuándo estás libre? ¡Vamos a cenar juntas!

-¿Pero no estás ocupada filmando? Mejor dime cuándo tienes tiempo.

-Entonces… ¿mañana por la noche, sí? Ahorita haré que mi agente reserve un restaurante.

-Está bien.

-Tengo otra escena más tarde. Me tengo que

1. ir.

Después de colgar, Lucía se volvió hacia su representante, Martina Pizarro, y le indicó: Reserva un restaurante de buena privacidad para mañana por la noche. Voy a cenar con la señorita López.

Martina asintió. -De acuerdo.

Pronto llegó la noche siguiente. Después de llamar a Leonardo para avisarle que no iría a casa a cenar, Natalie condujo hasta el restaurante acordado por ambas. Ccontent © exclusive by Nô/vel(D)ra/ma.Org.

Apenas entró en la sala reservada, una figura se abalanzó sobre ella y la abrazó, dándole dos besos en la mejilla efusivamente.

—¡Mi querida Natalie, cómo te he extrañado!

Natalie no sabía qué decir por un momento.

El modo de que Lucía expresaba sus sentimientos permanecía tan directo, que la ponía un poco

—Suéltame primero…

Lucía la liberó sólo después de darle otro beso en la mejilla.

-Hace mucho que no nos vemos. ¿De verdad no me extrañaste?

-No.

-¡Aww, qué triste me pones! ¡Estoy muy enojada!

Ante eso, Natalie, cuya mano que sostenía el menú tembló ligeramente, la miró y, sin poder contenerse más, le advirtió: -Si vuelves a hablar así, es posible que no pueda evitar echarte a patadas.

–Okay, ya veo…

Natalie respiró profundamente y no dijo más.

Después de ordenar la comida, Lucía comenzó a contarle lo de Gisela.

-No vi las noticias antes, de lo contrario, no habría dejado que el director despidiera a Gisela. Ya que tenía muchas escenas con ella en mi papel, ¡podría haberla enseñado una lección por ti! Observando lo indignada que estaba Lucía, Natalie no pudo evitar reírse.

-Tranquila, ya está resuelto ese asunto. Además, ahora que eres una actriz famosa, no te

conviene si se corre la voz de que intimidas a las novatas.

Lucía levantó una ceja y replicó: -¿Ser una actriz famosa significa que no puede respaldar a su amiga?

-De todos modos, ya pasó. Seguramente no volverás a encontrarte con ella.

-No lo creo. Oí que está a punto de firmar con una agencia.

Natalie pensó que Gisela sólo quería experimentar la vida en el mundo del entretenimiento, pero nunca había esperado que realmente pretendiera ser una estrella.

-Olvidemos eso. Nos costó mucho vernos, así que no hablemos de personas desagradables. -Tienes razón. En una semana, bueno, más o menos, terminaremos el rodaje aquí. Cuando nos mudemos a otro lugar después, no sé cuándo podré volver a verte.

-No hay opción, el trabajo es lo más importante.

Mientras escudriñaba el rostro de Natalie con ojos hermosos, Lucía preguntó en voz juguetona: — Entonces, ¿quieres mantenerme? De esa manera, no tendría que trabajar y podría quedarme contigo todos los días. ¿De verdad no lo piensas más? Yo sé cómo moverme en todos los niveles. Si te pierdes a mí, ¡seguro que te arrepentirás!

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