Capítulo 136
Capítulo 136
Natalie, con expresión de impotencia, dijo: Por favor, déjame en paz. En serio, no me gustan las mujeres. Además, lo que gano apenas me alcanza para mantenerme a mí misma. ¡Si te añadicra a eso, me moriría de hambre!
Lucía resopló y murmuró con fingido enfado: Qué aburrido. ¡Tú arruinaste mi sueño!
Natalie no pudo contener la risa. Ya suficiente, dejemos de bromas. ¿Crees que no te conozco? Te cuesta mucho no dejarte trabajar ni un día. ¿Realmente podrías quedarte en casa sin hacer nada?
-¡Ja, ja! Eso es porque me rechazabas siempre y eso me obligó a trabajar más duro.
A continuación, las dos no continuaron con el tema y empezaron a hablar de otras cosas. Cuando estaban a punto de terminar de comer, Lucía se levantó y dijo: -Voy al baño.
Natalie asintió. —Adelante.
Después de salir de la sala, Lucía se dirigió rápidamente hacia la caja. Cuando estaba por llegar allí, una persona salió de repente de un lado y chocaron.
Lucía tropezó y casi se cae, mientras que su sombrero también se vino al suelo, revelando su rostro delicado y atractivo.
Al recobrar el sentido, ella lo recogió deprisa y se lo puso antes de caminar hacia la caja con la cabeza gacha. -¿Me trae la cuenta de la sala número tres, por favor?
Por su parte, Emiliano se enfocó en la delicada y pequeña barbilla de Lucía, con su mente llena de la imagen de su rostro encantador.
Si no se equivocaba, ella debía ser Lucía, quien había ganado recientemente el premio a la Mejor Actriz en los tres festivales más importantes de cine, y sobre todo, ¡resultaba mucho más guapa en persona que en la televisión!
A él siempre le habían gustado las bellezas, y también había salido con varias estrellas del entretenimiento. Pero lo más importante era que Lucía encajaba perfectamente en su gusto
estético.
Entonces, casi sin dudarlo, se acercó para pedirle su número de teléfono.
Mientras tanto, Lucía acababa de sacar su tarjeta bancaria cuando la camarera la miró
confundida y dijo: -¿La sala número tres? Pero señorita, ya se pagó la cuenta.
Lucía se sorprendió por un momento, pero enseguida se dio cuenta de que Natalie debía haber pagado por adelantado.
-Ya veo. Gracias.
Recuperó su tarjeta y se dio la vuelta para irse, pero la detuvo un hon
gris plateado.
Emiliano mostró una sonrisa amable y dijo con cortesía: -Hola, soy la persona que chocó con usted antes. Lo siento, estaba apurado y no la vi.
Lucía, con la mirada gacha, respondió calmadamente: -Está bien, no pasa nada.
Al verla a punto de salir, Emiliano se apresuró a preguntar: -¿Podría dejarme su número de teléfono? Supongo que me enamoré de usted a primera vista.
Percibiendo el tono frívolo en su voz, Lucía levantó fríamente la mirada y replicó sin rodeos: Lo siento, soy lesbiana y no me gustan los hombres.
–
Emiliano se quedó pasmado al oír eso, mientras que ella ya había pasado junto a él y se había marchado.
Mirando su esbelta espalda, él sonrió y sacó su celular para marcar un número.
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Después de colgar, Emiliano apartó la mirada con una sonrisa, se volteó y regresó a su sala. Por otro lado, al llegar a la sala, Lucía miró a Natalie con descontento y preguntó: -¿No habíamos acordado que yo pagaría hoy? ¿Cómo pudiste pagar secretamente?
-¿Pero tienes que cuidar a tu familia, no? Así que deberías ahorrar un poco.
–
-Ya les di todo lo que gané, y esta comida tampoco habría costado mucho. Quieres hacerme sentir más culpable a propósito, ¿verdad?
-Por favor, Viendo que se estaba enfùrruñando, Natalie dejó los cubiertos y la consoló riendo: no te enojes, ¿sí? Podrías invitarme a tomar un café más tarde. Además, Monteflor es mi territorio, así que
yo debo invitarte a comer. Cuando vaya a Greeley después, ¡te dejaría la oportunidad de invitarme!
-¡Trato hecho! Pero si vuelves a pagar secretamente la próxima vez, nunca me acercaré a ti
más.
Claro, entendido.
Pronto las dos terminaron de comer y salieron de la sala, justo a tiempo para encontrarse con Emiliano y otros.
Leonardo no esperaba toparse con Natalie allí, y sus ojos se abrieron sorprendidos.
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En cuanto a Emiliano, él mostró una pizca de alegría en sus ojos al ver a Lucía, pero cuando se fijó en Natalie a su lado, la sorpresa en la mirada fue reemplazada por confusión.
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¡¿Cómo fue que las dos se conocieron?!
Pero rápidamente suprimió sus dudas y se adelantó con una sonrisa, Natalie, qué coincidencia. ¿Tú también estabas cenando aquí?
Natalie se mostró tranquila y respondió: –Señor Moreno, es un honor compartir el mismo restaurante contigo.
Lucía, por su parte, no esperaba encontrarse con Emiliano de nuevo, pero ahora estaba más interesada en otra cosa… Property © 2024 N0(v)elDrama.Org.
-Natalie, ¿conoces a esta persona? ¿Acaso ya no me amas? Aww, estoy tan triste…
Capítulo 137