Capítulo 148
Capítulo 148
Natalie sacudió la cabeza y respondió: -Me fui del trabajo a la tienda para recoger el rosario budista y luego vine. Supongo que él todavía está trabajando horas extras.
Al escuchar eso, Josefina mostró un destello de desilusión en sus ojos. Ella pensó que durante ese tiempo viviendo juntos, la relación entre ellos se repararía, pero ahora parecía que seguía siendo igual que antes, sin avances.
-Hoy es mi cumpleaños y él se atreve a trabajar horas extras. Cuando llegue, jasegúrate de reprenderlo bien!
Natalie sonrió y, sin querer disgustarla, accedió rápidamente: -Está bien, abuela, lo haré.
Matilda, a un lado, se sintió tanto celosa como enojada al ver cómo Josefina trataba tan bien a Natalie y pensar en lo fría que estaba con ella.
De no ser porque Leonardo había sido criado por esa vieja y sólo la obedecía, ¡no se habría molestado tanto en complacerla!
—Mati… Mati… ¿por qué de repente no dices nada?
La voz de Antonia devolvió a Matilda a la realidad y se apresuró a mirar a su amiga.
-Lo siento, me distraje. Creo que es porque estoy un poco cansada últimamente.
-Es posible, pues has estado ayudándome con la preparación de la fiesta de cumpleaños. De todos modos, debo agradecerte por todos tus esfuerzos. ¡Uy, si tan sólo Natalie fuera un poco más comprensiva como tú, aunque sea un poquito!
Al escuchar eso, Matilda inconscientemente apretó el puño.
¡La verdad era que no quería ser comprensiva en absoluto! Pero si no mostraba algo de obediencia, tal vez hoy ni siquiera tendría derecho a presentarse allí.
Con ese pensamiento en mente, esbozó una sonrisa tímida y respondió suavemente: -Me alegra mucho poder ayudarte, señora Antonia. Siempre disfruto estar contigo, porque puedo aprender mucho de ti.
Antonia asintió, satisfecha. -Descuida, veo todos tus esfuerzos. ¡Eres la única nuera que acepto!
Matilda fingió pánico y rápidamente se negó: -Por favor, no digas eso. Natalie ya está casada con Leo. No me atrevo a hacerme ilusiones.
Antonia la tomó de la mano y le dijo en voz baja: —Te ayudaré.
Luego, se acercó al oído de Matilda y le susurró algo, haciendo que su rostro se pusiera
inmediatamente rojo.
* BONUS
Par otro lado, después de dar un paseo por el salón de la fiesta, Natalie e abris decidió ir at
afvrrió y Jardin trasero, planeando eum un zato en la glorieta a kelak.
Justo cuando legó a la puerta del jardin, escuchó un marmolto dende atentras.
Vava animada la fiesta de cumpleaños de Josefina esta noche Lástima que el señor Ramos me haya venido Oigan, ¿será porque està discapacitado y no se atreve a ventr?
ASP.
También creo que es porque teme ser objeto de barlas. Después de todo, solía ser el orgulloso de los cielos, pero ahora tiene que moverse en silla de ruedas y nunca volverá a ponerse de pie. Supongo que pronto tendrá que ceder el cargo de presidente del Grupo Ramos a
otra persona.
Si yo que él, tampoco lo aceptaría. De sólo pensar en pasar el resto de mi vida en una silla de ruedas, ¡preferiría tirarse al rio!
Natalie frunció el ceño y, incapaz de contenerse más, se acercó y espetó: –Si tienen agallas, diganle esto a Leonardo en su cara. Esconderse y murmurar a espaldas de otros, ¿no les da vergüenza?
En la glorieta se encontraban unas jóvenes de familias adineradas de Monteflor, que habían vuelto del extranjero recientemente y Natalie no conocía.
Las señoritas no se imaginaron que alguien iría al jardín trasero y se asustaron primero, pero al reconocer a Natalie, sus expresiones se llenaron de inmediato de desprecio y burla.
-Oh, vamos, miren quién está aquí, ¡la señorita Natalie! Pero lo que dijimos es la verdad, ¿o crees que dijimos algo incorrecto?
Natalie se rio fríamente y replicó: -Aunque Leonardo nunca vuelva a ponerse de pie, ¡no les corresponde burlarse de él aquí! Ccontent © exclusive by Nô/vel(D)ra/ma.Org.
-¡Tú!
En ese momento, una de las jóvenes, cuya familia hacía negocios con el Grupo López, se puso de pie y miró despectivamente a Natalie, advirtiéndola: Natalie, será mejor que finjas que no
escuchaste nada, jo haré que mi papá corte la cooperación con tu familia!
Natalie, sin miedo alguno, le devolvió la mirada, y estaba a punto de refutar cuando una voz
fría sono detrás de ella.
—¡Muy bien dicho, señorita Muñoz! Si la familia Muñoz es tan capaz, supongo que no necesitan cooperar con el Grupo Ramos. ¡Ah, casi lo olvido, ustedes también, los Rubios y
Ortiz!
Al ver a Leonardo quien apareció de la nada detrás de Natalie, las damas palidecieron al instante.
Si sus familias se enteraran de que lo habían ofendido, causando la ruptura de la cooperación
Se–señor Ramos… no fue a propósito… Lo siento…
-Señor Ramos, por favor perdónenos… ¡Prometo no hablar así de nuevo!
-Lo siento mucho, señor Ramos…